Cualquier época es buena para hacer el Camino, ya que cada fecha tiene su encanto, sin embargo nos inclinamos por la primavera y el otoño, dado que la climatología suele ser más favorable, la mayor parte de los albergues están abiertos y no hay demasiada gente. Los meses de verano, con sus días largos y el buen tiempo, favorecen el senderismo. Pero, como hay mucha gente de vacaciones, los albergues están demasiado llenos y es más difícil encontrar una cama en los albergues públicos. En cualquier caso hay muchos albergues privados que admiten reserva. En invierno el clima es más duro y no todos los albergues están abiertos. Sin embargo, es la mejor época para quien busca soledad y reflexión.
La elección de una buena mochila es muy importante. Escoge alguna que sea realmente cómoda, ergonómica, ligera y que tenga sujeciones ajustables en el pecho y en la cintura para poder repartir el peso en todo el cuerpo, y no sobrecargar la espalda. También es importante que lleve incorporada una funda impermeable para cubrirla en días de lluvia. Su capacidad debería rondar entre los 40 y 50 litros. Respecto al peso, se suele aconsejar que la mochila no debería pesar más de 7 kilos o del 10% de nuestro propio peso. Llevar lo justo y necesario, porque a lo largo del camino encontrarás supermercados, farmacias y toda clase de tiendas donde vas a poder comprar cualquier cosa que necesites. La mayoría de los problemas de los pies, como la tendinitis, puede ser resultado de una mochila demasiado pesada. No cargarla en exceso.
Algo fundamental en la preparación de una mochila es que todo lo que lleves lo guardes en bolsas plásticas idealmente transparentes, esto te permitirá encontrarlas más rápidamente. Hay que distribuir bien la carga para que no esté desequilibrada y coloca debajo lo último que vayas a necesitar durante la marcha.
Para hacer el Camino de Santiago no necesitas llevar muchas cosas. Piensa por ejemplo en la ropa. Todo lo que lleves vas a poder lavarlo a mano al final de cada etapa, en todos los albergues hay alguna zona para lavar y tender.
Lleva ropa técnica, que se seque rápido y que sea cómoda. Por supuesto, el material que vas a llevar al Camino de Santiago será diferente si haces el Camino en verano o en invierno.
Aquí tenéis una lista de lo que no puede faltar en vuestra mochila:
- zapatillas de trekking impermeables (ya probadas))
-chanclas cómodas para descansar los pies después de una jornada de camino y útil también para usarlas en la ducha
-2 pantalones largos, mejor impermeables para protegerte de la lluvia y un pantalón corto si es verano
-3 camisetas
- 1 chaqueta o sudadera
-ropa interior y calcetines gordo o de trekking
-1 chubasquero y unos pantalones impermeables o 1 jaqueta ligera impermeable *goretex
- bufanda, gorro y guantes ( si es invierno)
-1 toalla de secado Rápido (Microfibra)
-1 saco de dormir ligero (cada albergue dispone de mantas en invierno)
- Una linterna
- Una navaja
.tapones para los oídos
. 1 funda para almohada
. 1 enchufe multiple
-vaselina: aplicar una pequeña cantidad en los pies antes de cada jornada para prevenir la formación de ampollas
-aguja, hilo, gasa y Betadine para curarlas
-analgésico y crema muscular para aliviar el dolor intenso
-protector solar
P.S. Llevar solo lo estrictamente necesario ya que encontrarás multitud de farmacias en la gran mayoría de los pueblos
El DNI (para los ciudadanos de la UE) o el pasaporte, la tarjeta de la seguridad social y la credencial del peregrino
Los pies son la parte más importante del cuerpo cuando se camina muchas horas seguidas. Utiliza unas botas o zapatillas de senderismo o de trekking de caña media-baja y suela flexible, resistentes al agua, que se adapten bien al pie (tienen que ser medio número más de lo que calzas habitualmente) y, a ser posible, que las hayas usado previamente. Si no has empezado el Camino y no tienes calzado procura comprarlo con tiempo y pruébalo antes. Es también muy importante utilizar buenos calcetines para caminar. Ponte calcetines técnicos, sin costuras interiores, para evitar rozaduras y ampollas.
Las etapas establecidas cubren generalmente tramos de entre 20 y 30 kilómetros diarios a pie. Sin embargo, cada uno puede hacer el camino como quiera y haciendo etapas más largas en función de sus necesidades o estado físico. Te aconsejamos que disfrutes tranquilamente de los paisajes y de todo lo que os ofrece el Camino y sus gentes, sin prisas.
El Camino de Santiago es una ruta bien señalizada y las probabilidades de perderse son escasas. La señalización más característica es la flecha amarilla. Fíjate bien porque las encontrarás en todas partes, pintadas en los árboles, en las casas, en las piedras del camino, en el suelo. Sin embargo no será el único que te encontraras a lo largo del camino. A veces te encontraras otra simbología según la comunidad autónoma o provincia.Vieira, Cruz de Santiago, Concha azul, los mojones. Sigue siempre la señalización y si aún tienes dudas sobre qué camino tomar, pregunta a los lugareños o a otros peregrinos, te indicarán encantados por dónde debes ir.
Una buena alimentación es fundamental para afrontar las etapas del Camino. El esfuerzo que realiza el cuerpo a lo largo de la jornada es muy grande, por lo que cuidar la forma en la que recibimos la energía es muy importante. Hay que hacer un buen desayuno y distribuir el resto de las comidas en comidas ligeras, ya que caminar con el estómago lleno no es saludable. La comida más copiosa del día hay que hacerla al final de la etapa. Lleva un poco de comida encima, sobre todo fruta, frutos secos y chocolate ya que son unos buenos hidratos de carbono y se transforman más fácilmente en energía para los músculos y No te olvides de llevar una cantimplora llena de agua. Como vas a hacer un esfuerzo, perderás muchas sales minerales y es muy importante que te vayas hidratando constantemente. No cargar con la comida para todo el día: siempre encontrarás supermercados donde abastecerte, así que no hay que llenar la mochila de cosas. Cuando concluyas la etapa puedes permitirte una cena saludable y abundante. Encontraras toda clase de restaurantes, donde podrás probar la gastronomía típica de cada lugar o el “menú del peregrino” a buen precio. En alternativa podrás cocinar con los otros peregrinos ya que mucho albergues disponen de cocina con utensilios.
La credencial es una especie de pasaporte que acredita e identifica al peregrino. En ella figuran los datos personales, el mapa del Camino y casillas en las que se van poniendo los sellos de los lugares por donde se pasa y la fecha. La credencial tiene dos funciones. La primera de ellas, la fundamental, te reconoce como peregrino y es que es imprescindible para poder dormir en los albergues públicos. Y la otra función, es para obtener la Compostela o el certificado del peregrino. La credencial tiene un precio aproximado de 2€ y se puede conseguir solicitándola personalmente en la Oficina de Acogida al Peregrino o en otras instituciones autorizadas por la Catedral de Santiago para su distribución, tales como parroquias, albergues de peregrino, cofradías y Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago (dentro y fuera de España).
Es un documento religioso del Cabildo Catedralicio de Santiago que acredita que has realizado la peregrinación a Santiago de Compostela. Está escrita en latín. Para conseguirla, hay que mostrar la credencial debidamente sellada y haber realizado un mínimo de 100 kilómetros a pie o a caballo; o 200 kilómetros en bicicleta. Esta es la razón por la cual, a partir de Sarria, a 114 kilómetros de Santiago, empieza a verse bastante más gente que en el resto del Camino.
Existen muchos lugares desde donde podemos comenzar el Camino de Santiago. Aquí indicamos aquellos lugares más habituales para comenzar el Camino:
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