Viana ciudad

Viana


ciudad


Viana es un municipio y una ciudad española de la Comunidad Foral de Navarra. Situada en la merindad de Estella, en la comarca de Estella Occidental y a 81 km de la capital de la comunidad, Pamplona. Su población en 2017 era de 4078 habitantes (INE). Fundada el 1 de febrero de 1219 por Sancho VII el Fuerte,[1]​ recibió el título de ciudad en 1630 y se la llama Muy Noble, muy ilustre y Leal Ciudad de Viana Cabeza de Principado del antiguo reino de Navarra. Conserva parte del conjunto amurallado del siglo XIII y numerosas casas blasonadas, además de importantes monumentos históricos. Los restos más antiguos, unas cuarcitas talladas localizadas en Cabeza Redonda, posiblemente pertenecen a comienzos del achelense antiguo o medio.[41]​ En Matamala también aparecieron raederas, hendidores, discos y hachas tal vez del Paleolítico Inferior.[42]​ En el hipogeo de Longar se han encontrado restos humanos pertenecientes a 114 individuos enterrados a lo largo de 130 años, algunos de ellos con señales de muerte violenta mediante flechas. Se ha datado entre 2650 y 2500 a. C., periodo que correspondería al final del Neolítico y comienzo del Calcolítico.[43]​ Existen varios yacimientos arqueológicos en el municipio, cuyos restos encontrados datan de la Edad del Bronce situados en pequeñas elevaciones como La Castellana, Valdevarón, Valdecarro y La Raicilla. En ellos se han hallado sílex y hachas pulimentadas. En algunos de los anteriormente citados también se han hallado restos pertenecientes a la Edad del Hierro I a los que hay que sumar los de Monfuí y el Cueto, este último situado próximo a la ciudad de Viana. De entre todos ellos, sin duda el más importante fue el yacimiento de La Custodia. Su cronología abarca desde un posible Paleolítico, edades de Bronce, Hierro I y II, hasta comienzos de la Romanización. El extenso yacimiento ha proporcionado abundantes datos sobre los berones, cultura de origen celta, así como materiales cerámicos, fíbulas, broches de cinturón, placas con pactos de hospitalidad, monedas de 18 diferentes cecas,[44]​ etc., Es probable que el asentamiento acabara destruido violentamente por Sertorio al ser esta ciudad aliada de Pompeyo. Su población se dispersó por la zona, creando villas romanas, aunque una parte importante debió trasladarse a Varea, al margen derecho del Ebro, donde inicialmente se instaló el ejército romano para el control de esta zona. Tras la destrucción de La Custodia, aparecieron numerosos enclaves romanos en la zona.[45]​ En concreto, seis en el entorno del poblado prerromano, llamados La Aguadera, Cuevas, Las Culdas, Quilinta, Sorteban y Perizuelas. En la zona este aparecieron el Naval y Cornava, y a un km de Viana hacia el noroeste, aparece Tidón, que terminó por convertirse como los otros, en aldeas medievales. También al sur, junto al Ebro, En La Granja, las Escardosas y el Soto Galindo, surgieron villas romanas que no evolucionaron a poblados medievales. Previo a la invasión musulmana, existen leyendas que recogió el benedictino fray Gregorio Argáiz en las que cuenta que existió un templo dedicado a la diosa Diana, y que los habitantes de la primitiva Viana o Diana, levantaron un monasterio o priorato benedictino, en honor a un supuesto santo local llamado Pedro en las afueras de la actual ciudad, hacia el oeste. Relata que en el año 661 existían monjas en dicho monasterio, y que santa Anatoquia murió allí. Hasta el año 923 no se recuperaron para los cristianos las tierras de la Rioja, por lo que queda un gran vacío histórico de dos siglos en los que estas tierras estuvieron bajo dominio musulmán. Este monasterio debió resurgir bajo control de los benedictinos, ya que en el siglo XI aparecen documentos sobre San Pedro de Torreviento, y hay reseñas que indican que tras la reconquista de la Rioja se fundó un monasterio a los pies de la actual ciudad, el cual fue adscrito a Santa María la Real de Nájera[46]​ En el año 1027 aparece citado Tidón (Posiblemente el actual despoblado de San Martín de Tidón) junto a Oyón, en un Cartulario de Santa María la Real de Nájera, como donación a la Catedral de Pamplona por Sancho el Mayor.[47]​ En un apunte del 24 de agosto de 1264 en El Cartulario Magno del Archivo Real y General de Navarra, los caballeros de Oyon y Tidón donan a Teobaldo II, rey de Navarra, la casa de Santa María de Munilla, junto a Logroño, para que la ceda al Hospital de Roncesvalles.[48]​ Las relaciones fronterizas entre los reinos de Navarra y Castilla en 1195 se encontraban tensas a consecuencia de que Alfonso VIII de Castilla concedió priviliegios a las localidades de Logroño y Navarrete, situadas en la muga con Navarra, lo que hizo que Sancho VII de Navarra comenzara a hostigar a Castilla. Este rey construyó un castillo en las proximidades de la actual Viana, frente a Logroño, desde donde partieron ataques contra el reino castellano. Dicho castillo, al que llamó Cuervo o Corvo, puede identificarse con el lugar de Cuevas, donde en 1203 ya se documenta una tenecia. Otra posibilidad es que se situara en la colina de El Cueto, a escasa distancia al norte de la actual población.[49]​ Continuando con la fortificación de la Sonsierra de Navarra que inició Sancho VI "el Sabio", con la creación de las fortalezas de Labastida, San Vicente de la Sonsierra, Laguardia y Labraza, su sucesor fortificó la población que ya existía en el mismo lugar. Se otorgó carta de fundación en 1219, por el rey Sancho VII, "el Fuerte", En la misma dice "Yo don Sancho por la gracia de Dios Rey de Navarra, hago aquí carta. A todos los pobladores de Viana, también a los presentes como a los por venir.", lo que da a entender que a los entonces habitantes de Viana, se sumaban las otras aldeas del contorno: Cuevas, Tidón, Piedrafita, Soto, Longar, Perizuelas, Cornava y Goraño. También formaron parte de su jurisdicción Aras, Bargota y Lazagurría, aunque permanecieron como poblaciones habitadas. El resto se abandonaron agrupándose dentro de las murallas de la nueva villa. Dieron comienzo las obras el 14 de enero, fiesta de San Félix, colocando la primera piedra de lo que luego sería el portal de San Felices. Este asentamiento concentró la población de la zona para constituir un importante punto defensivo cercano a la frontera del reino castellano. El mismo monarca le cedió el fuero de Logroño-Laguardia, lo que facilitó, su rápido crecimiento. A su apogeo contribuyó la importante comunidad de judíos establecida en la villa, y el encontrarse en la ruta hacia Santiago de Compostela. Ya en 1275 tuvo que probar sus fortificaciones resistiendo al asedio castellano dirigido por Fernando de la Cerda. Fueron destruidos los campos y las viviendas extramuros, que en aquel tiempo eran más que las de dentro de la muralla, por lo que la Reina Doña Blanca exoneró de impuestos a la villa en 1276. El 28 de febrero de 1336, se celebró en la iglesia de Santa María de Cuevas, entonces una aldea de Viana, un acuerdo entre navarros y castellanos en la que se devolvían las plazas de Fitero y Tudején. El padre Moret lo reporta en los Anales del reyno de Navarra.[50]​ En el siglo XIV nuevamente los castellanos la atacaron varias veces; incluso en 1378 consiguieron ocuparla durante ocho años. En 1366 la localidad más sus aldeas contaba con 264 fuegos, de los que 45 eran de familias judías.[51]​ En 1368 el concejo compró el lugar de Agoncillo[52]​ y Lazagurría. Carlos III de Navarra instituyó, en 1423, el título de Príncipe de Viana, que sería utilizado por su nieto de igual nombre. Este territorio lo conformaban, según se transcribe del documento archivado en el ayuntamiento vianés "Nuestra villa y castillo de Viana con sus aldeas. Nuestra villa y castillo de Sant Vicente con sus aldeas. nuestra villa y castillo de Bernedo con sus aldeas. Nuestra villa y castillo de Aguilar con sus aldeas. Nuestra villa y castillo de Uxenevilla con sus aldeas. Nuestra villa y castillo de La Población con sus aldeas. Nuestra villa y castillo de Sant Pedro y de Cabredo con sus aldeas y todas nuestras villa y lugares que habemos en la Val de Campezo. Y así bien nuestros castillos de Marañón, Toro, Ferrera y Buradón." A estas plazas hay que añadir las villas de Corella, Cintruénigo, Peralta y Cadreita con sus castillos. En 1427 la administración de Navarra envió comisarios a la región de la Sonsierra de Navarra y se elaboró un censo de las villas y sus aldeas. Los vecinos de Viana declararon que vivían "de la labranza, de pan y vino, y que un año con otro cogen pan y vino para su provisión, y aun sobrando no lo pueden vender por la prohibición de sacar vino a Castilla, y que lo pasan muy estrechamente con los afrentos que tienen con los de Logroño". Las aldeas de Goraño, Tidón, Longar, Perizuelas y Piedrafita se encuentran despobladas, con un total de 28 casas deshabitadas. Las aldeas habitadas son Aras con 5 casas habitadas y 30 vacías. Bargota con 16 habitadas y otras tantas sin moradores. Cuevas con 3 habitadas y 10 vacías. Lazagurría con 4 habitadas, no cita deshabitadas. Y la villa de Viana con 178 casas ocupadas y 171 abandonadas. En total suman 206 fuegos. Como referencia de la zona, San Vicente tiene 253 habitadas, y Laguardia y sus aldeas 527. Labraza y sus barrios solo cuenta con 28 fuegos.[53]​ Es de suponer que la peste negra y las guerras con Castilla pudo acabar con la mitad de sus moradores, pues la proporción de viviendas vacías era muy alta. Durante el siglo XV, a consecuencia de la guerra civil de Navarra, en 1451 cuando volvió a caer en manos castellanas hasta 1466 que nuevamente fue recuperada para Navarra por el conde de Lerín. Fue entonces cuando recibió el título de Muy Noble y Muy Leal de manos de la infanta Leonor de Navarra Trastamara. También esta infanta autorizó en 1467 celebrar mercado debido a la mala situación económica que había provocado la guerra. En 1460, Enrique IV de Castilla ocupó la villa de Viana, que tras nueve meses de luchas fue recuperada por Juan II. En 1461 primero y luego en 1463 el castellano ocupó las tierras occidentales del principado de Viana y Los Arcos (que incluía a su partido: Sansol, Torres del Río, El Busto y Armañanzas). Esta última fue una plaza castellana hasta 1753, mientras que las plazas de la comarca de Laguardia (Laguardia, Ábalos, Bernedo y San Vicente) fueron definitivamente perdidas para Navarra.[54]​ En la paz firmada en Corella entre Enrique IV y Juan II en 1464, este cedió a los castellanos las villas de Los Arcos y San Vicente. Guerra Civil de Navarra En Viana fue enterrado César Borgia, tras morir a manos de los hombres del conde de Lerín el 11 de marzo de 1507, en un descampado de Viana, víctima de una emboscada. Fue obispo de Pamplona y capitán general del ejército de Navarra. Cuñado del rey de Navarra Juan de Labrit, Borgia había acudido a recuperar Viana para Navarra. La ciudad fortificada era muy atractiva para las tropas de Castilla, que apoyaban al levantisco conde de Lerín. Pero por ser cabeza del Principado, Navarra no podía prescindir de éste importante castillo de la muga con el Ebro. En el flanco oriental, el rey de Navarra contaba con un imponente castillo-palacio que reforzaba las defensas de Viana en esa esquina, pero que también se defendía hacia el interior de la ciudad. Estaba defendido por las tropas del conde de Lerín al mando de uno de sus hijos. Borgia, militar experto en las guerras de Italia, donde se usaban las estrategias más modernas, consiguió conquistar la ciudad; sin embargo, no pudo ocupar el castillo, que seguía en manos de las tropas del conde de Lerín. Se procedió a sitiar la fortaleza e intentar rendirlos por hambre. Un despiste de las tropas de César en una noche tormentosa permitió que los sitiados consiguieran introducir víveres. Esto provocó la cólera de Borgia y contribuyó a que en una precipitada persecución tras los que socorrieron a los sitiados, el hijo del papa se adelantó a su escolta y fue emboscado en la "Barranca Salada" en la muga con la vecina localidad de Mendavia, donde fue lanceado por tres soldados beaumonteses, siendo despojado de sus ropas. El rey navarro ordenó que los restos de Borgia fueran enterrados en un suntuoso sepulcro en la capilla mayor de la iglesia de Santa María. Conquista castellana Los castellanos en 1512 con la escusa de la bula papal Pastor Ille Caelestis, y apoyando al lado beaumontés, invadieron Navarra conquistando y rindiendo Pamplona un 25 de julio. Viana se rindió el 15 de agosto de 1512, conservándose su castillo por ser de propiedad beaumontesa. A partir de entonces, los puestos más importantes de la administración de la iglesia y del reino fueron encomendados a castellanos y vascongados.[55]​ Fue en los siglos XVI y XVII cuando familias nobles procedentes de Burgos, Vizcaya y Guipúzcoa se asentaron en la ciudad. Los huesos de Borgia, que descansaban en un suntuoso sepulcro dentro de la iglesia de Santa María, se trasladaron a la calle Mayor probablemente por orden de un obispo de Calahorra pariente del que también fue obispo en Calahorra, don Pedro Aranda, que vivió enemistado con Alejandro VI,[56]​ para que fueran pisoteados por las bestias, en fecha estimada entre 1523 y 1549. Tras la conquista, fue incorporada al reino de Castilla. De forma muy efímera fue recuperada por André de Foix, señor de Lesparre para Navarra durante diecisiete días hasta el 11 de junio de 1521, durante el asedio que las tropas franconavarras realizaron sobre Logroño tras recuperar todo el territorio para el rey navarro. Tras el contraataque castellano, Viana volvió a quedar bajo el control de Logroño en el que permaneció hasta 1523. Fue Carlos I (IV de Navarra) quien accedió a devolverla a Navarra en vista de las continuas reclamaciones que se le hicieron. En 1570 Viana compra a la Corona las murallas, ampliándose por el bario de Abajo y creando la plaza del Coso para festejos taurinos. También se compran casas en la plaza mayor (hoy plaza de los Fueros) para derribarlas y ampliar el espacio. Las cuatro puertas que cerraban el recinto amurallado se rehacen más afuera, y la del este llamada puerta de Estella es cegada para abrir una nueva en la calle Algarrada. Estas se decoran con amplios escudos de Carlos V y de Viana.[57]​ El 15 de noviembre de 1592 el rey Felipe II de Castilla hace noche en Viana, procedente de Logroño y destino Los Arcos. El cronista Enrique Cock cita "A la entrada tiene una hermosa iglesia y un portal de linda fábrica, muy diferente que en Castilla, que allí no son tan curiosos" y también destaca "la comarca es de mucho pan y de grande abundancia de vino bueno y barato, que puede la bodega de Viana proveer a todo el reyno de Navarra en tiempo de necesidad."[58]​ El último año del siglo XVI la peste llegó a Viana. La ciudad cerraba sus puertas al anochecer y los apestados se atendían fuera de las murallas en ermitas improvisadas como hospitales. Felipe VI de Navarra (Felipe IV de Castilla) otorgó el título de ciudad el 14 de mayo de 1630 a cambio de 14 000 ducados de plata,[59]​ a la vez que el ayuntamiento compraba a la corona el castillo y el Soto Galindo (un bosque a orillas del Ebro). En esa época se rellenan los fosos y se amplia la ciudad. Más tarde se crea una quinta puerta al oeste en la calle de San Miguel. A partir de esa fecha la ciudad tuvo derecho a asiento en las Cortes. En 1818 nació el escritor y político Francisco Navarro Villoslada. De pensamiento carlista vivió en Viana, Vitoria y Madrid, acabando sus días en su Viana natal el 29 de agosto de 1895. Segregación de las poblaciones anexas Hasta finales del siglo XVIII la ciudad de Viana incluía los barrios de Bargota, Aras y Lazagurría. En 1782 se segregó Lazagurría, en 1817 Bargota, y lo mismo hizo Aras en 1853 tras finalizar la Primera Guerra Carlista. Primera Guerra Carlista (1833-1840) El coronel Ladrón, que se encontraba huyendo, llegó a Logroño y en las cercanías de Viana compuso un ejército con gentes de La Rioja, Álava y Navarra. Estas fueron dispersadas por el general isabelino Lorenzo, que capturó a Ladrón de Cegama en Los Arcos. Los dos ejércitos se encontraban en el entorno vianés: los carlistas en Estella y los isabelinos en las cercanías de Logroño; desde sus posiciones unos y otros emprendían el ataque hacia el enemigo. Zumalacárregui creó un pequeño cuerpo de caballería, el cual recibió su bautizo de fuego el 4 de septiembre de 1834 en la batalla de Viana. Con el afán de apresar al líder carlista, El liberal Carondelet se encontraba en Viana al frente de 300 jinetes de la Guardia Real, además de 600 soldados de a pie. La infantería carlista atacó la ciudad, mientras que 240 lanceros de Navarra con el propio Zumalacárregui a la cabeza, efectuaron dos violentas cargas en el camino a Mendavia, que pusieron en fuga a un grupo de élite de la caballería liberal, el cual huyó buscando refugio en Logroño, con 200 bajas. Los restos de este enfrentamiento todavía pueden apreciarse en las marcas de los disparos visibles en los muros de la casa junto al portal de San Juan. En 1835 el general liberal Córdoba fija su cuartel en Viana, la llamada Partida contra Aduanera que estaba capitaneada por Zurbano, quien hostigó los campos de La Rioja Alavesa donde formaban los ejércitos carlistas, finalmente Zurbano y Batallón de Álava pasan a filas de Espartero y son enviados a otro lugar. En 1837 Espartero fortificó Logroño e inició la conquista de Viana, Rioja Alavesa y Treviño para llegar a Navarra y Guipúzcoa donde firmó el Abrazo de Vergara. Auge económico de la región por la crisis de la filoxera En la segunda mitad del siglo XIX se produjo un gran auge de la producción de vino, hecho que cobró un especial impulso en los años posteriores a la destrucción de los viñedos franceses, provocada por la filoxera en las décadas de 1870 y 1880. Fue en este periodo cuando se exportaron a Francia grandes cantidades de caldos. Antes de la llegada de la filoxera a la Rioja, el año 1891 en Viana existían 614 hectáreas dedicadas al cultivo de la vid, y otras 665 hectáreas mixtas de viña y olivar. Tercera Guerra Carlista (1872) En 1872 el pretendiente carlista, Carlos María de Borbón y Austria-Este, entra por Vera de Bidasoa, toma Estella y en Montejurra los carlistas vencen a los liberales. En Viana se produjo el intercambio de prisioneros,[60]​ en la explanada de la alberguería, a los pies de la ciudad. El evento fue organizado por el político Luis de Trelles, precursor del Derecho Humanitario. El 30 de junio de 2007 se inauguró un monumento que recuerda con una placa este hecho. Las consecuencias de las guerras carlistas en Viana fueron que se destrozaron las iglesias, principalmente la de San Pedro; se perdieron las vidrieras de ambos templos, ya que se utilizaron como cuarteles y puntos defensivos por ambos bandos; y la población sufrió los saqueos de ambos ejércitos cada vez que la ciudad era tomada por uno u otro bando, quedando las arcas municipales muy mermadas. Segunda República En junio de 1932 un telegrafista y militante del PSOE fue atacado por una cuadrilla de jóvenes carlistas. El militante socialista llegó a sacar una pistola, pero lo agarraron por detrás y le asestaron varias cuchilladas, falleciendo siete días después.[61]​ Fue la única víctima de la situación de violencia previa a la guerra civil en Navarra Guerra civil española Viana tenía alcalde carlista, y la mayoría de la población mantenía simpatía con ese movimiento.[62]​ El 19 de julio de 1936 los carlistas se posicionaron en Navarra del lado de las tropas insurgentes del general Mola. En la ciudad no hubo combates y tampoco hay datos de que existieran fusilamientos, aunque algunos vecinos de ideología socialista fueron detenidos y llevados a las cárceles de Estella y Pamplona. Está documentado que un cadáver sin identificar fue encontrado en Cornava[63]​ a los pocos días de la sublevación. Se le apodó "El Ruso", y se supuso que era un espía porque aparentemente no entendía el idioma castellano. Entre el 9 de noviembre del 36, y abril del 37 otros doce vecinos de Calahorra, Zarratón y Cenicero fueron asesinados en la carretera de Viana a Logroño (Puente de las Cañas).[64]​[65]​[66]​ Otros documentos elevan la cifra de los ejecutados en Las Cañas hasta 83 personas.[67]​[68]​ Una división de ametralladoras italiana mantuvo cuartel en Viana durante el verano y otoño de 1937. El monumento a los caídos que se ubicó junto a la iglesia de Santa María mayoritariamente contenía nombres italianos. Fue desmontado en los años 80. La guerra dejó pobreza y emigración, principalmente a las grandes capitales como Bilbao y Zaragoza, y también Barcelona. A mediados de los 60, el programa de promoción industrial de Navarra creó polígono en Viana y se instalaron varias fábricas. Las más importantes; una galletera que se trasladó desde Logroño y otra de muebles que vino de Torrecilla en Cameros trasladando en poco tiempo casi quinientos vecinos desde la localidad camerana a Viana.[69]​

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