Cómo tratar y prevenir las ampollas en los pies

Cómo tratar y prevenir las ampollas en los pies


Las ampollas son una pequeña acumulación de líquido debajo de la capa exterior de la epidermis.
Son causadas por el roce continuo del pie con los zapatos mientras se camina y se ven favorecidas por la deshidratación o la sudoración excesiva.

Cómo prevenir las ampollas en los pies

Las ampollas son uno de los inconvenientes más comunes para quienes recorren el Camino de Santiago, especialmente entre quienes tienen la piel de los pies sensible o no están acostumbrados a caminar durante muchas horas al día. Para evitar este molesto problema, se recomienda seguir estos consejos:

  • Usar zapatos cómodos, ya utilizados previamente, impermeables y transpirables: mantener el pie seco y usar zapatos bien adaptados reduce al mínimo el roce entre el pie y el calzado.
  • Elegir calcetines de trekking reforzados en la punta y el talón.
  • Aplicar vaselina en los pies, tanto antes de comenzar a caminar como por la noche: este truco mantendrá el pie suave y ayudará a reducir la fricción entre el pie y el calcetín.
  • Beber mucha agua mientras se camina para ayudar al cuerpo y a los pies a mantenerse siempre hidratados.
Ampollas en los pies durante el Camino de Santiago

Apósitos protectores cuando la ampolla aún no se ha formado

Los apósitos COMPEED® pueden ser útiles cuando se percibe que se está formando una ampolla, pero aún no ha madurado. Actúan como una "segunda piel", proporcionando un alivio rápido de la presión y la fricción. Su membrana de hidrocoloide actúa como una protección externa, mientras que la parte en contacto con la piel absorbe el líquido de la ampolla, previniendo infecciones y facilitando la cicatrización de la herida.

Estos apósitos no están indicados si la ampolla ya está formada, es decir, hinchada con líquido. Tampoco deben aplicarse sobre heridas o en piel expuesta.

Cómo curar las ampollas en los pies

Lava bien el pie y, si es posible, déjalo en remojo en un recipiente con agua y sal.
Toma una aguja de coser, esterilízala quemando la punta con la llama de un encendedor o un fogón, inserta un hilo y perfora la ampolla transversalmente. Luego, corta el hilo dejando un pequeño trozo dentro, que actuará como drenaje, permitiendo que el líquido salga.
Finalmente, desinfecta con tintura de yodo (por ejemplo, Betadine) y aplica una gasa estéril sobre la ampolla. Mantén la ampolla limpia, desinféctala y cambia la gasa al menos una vez al día. Cuando la ampolla esté seca y sin líquido, retira con cuidado el hilo de drenaje.